Construido desde 1928 hasta 1929 según el proyecto de Giuseppe Terragni, el Novocomum representa uno de los primeros ejemplos de arquitectura moderna en Italia, así como la meta de miles de turistas que cada año se detienen delante del edificio para contemplar las características de vanguardia que lo han hecho famoso en todo el mundo. La historia es verdaderamente singular y digna de mención: el proyecto, confiado al veinteañero Terragni, fue presentado al Municipio antes de su realización, para obtener el permiso de construcción. Pero Terragni, temiendo ser rechazado por su arquitectura vanguardista, presentó unos dibujos que no correspondían con el proyecto, y que representaban un edificio con fachadas neoclásicas. Sin embargo, una vez montados los andamios, convocó a la inmobiliaria Novocomum y le entregó el proyecto real: ¡cuando la construcción fue terminada y se desmontó el andamiaje , estalló un auténtico escándalo! Pero la comisión de expertos, llamados para decidir lo que debía hacerse, estableció que “el edificio no perjudicaba el aspecto del lugar” y desde ese momento el Novocomum entró con pleno derecho en la historia de la arquitectura italiana, y al año siguiente fue elegido como “símbolo de la arquitectura racionalista emergente”.

Las obras de restauración de la fachada posterior, seguidas por el arquitecto Ambrosini, empezaron el pasado invierno. Una primera mitad fue terminada antes del verano, mientras que el segundo andamiaje se desmontó a finales de noviembre. “El trabajo de restauración constó de una primera parte de investigación histórica y análisis del edificio, con el fin de indagar y conocer; de relevante importancia fue el análisis estratigráfico que permitió estudiar a fondo el color original” nos cuenta el arquitecto Ambrosini. “En los años en los que fue construido, un uso del color tan particular era algo bastante raro, por este motivo quisimos indagar a fondo las superficies, para poder reconstruir lo que a lo largo de los años fue parcialmente modificado y/o escondido por las intervenciones sucesivas”.

“Fueron muy útiles las publicaciones de esa época que describían cómo fue presentado el edificio cuando el público lo vio por primera vez. Precisamente gracias a estos documentos, fue una investigación específica: sabíamos lo que estábamos buscando”… “Fue muy interesante descubrir que lo que actualmente podemos ver es fruto de un replanteamiento de Giuseppe Terragni, en primer lugar fue parcialmente coloreado de forma bastante diferente: todo era a base de colores de la escala cromática de los verdes, de los cuales actualmente quedan sólo algunas puertas y las persianas.”

El apoyo de Erminio Crivelli, del laboratorio Chrèon, fue fundamental no solamente para la formulación del punto exacto del color que correspondiera con el original, sino también para el ciclo de pintura más idóneo que respetara las características del ciclo utilizado originalmente. “Es la primera vez que la Superintendencia que, como es obvio, ha seguido todas las fases de los trabajos de restauración, ha homologado el uso de un ciclo de siloxano para el exterior, con el objetivo de efectuar una operación tan delicada en un edificio racionalista”.

El trabajo fue dividido en dos fases: en la primera fue extendida nuestra Imprimación fijadora y aislante “Edilpaint”, mientras que en la segunda la Pintura al agua Idropittura Silossanica Prof fue la protagonista absoluta, gracias a su elevado poder transpirable y repelente al agua, que impide que la lluvia y la humedad penetren.

El tema, de indudable interés para el mundo de la arquitectura, será objeto de un Curso de Formación acreditada por el Colegio de Arquitectos de Como, programado para la próxima Primavera, che contará con la intervención del responsable del laboratorio Chrèon Erminio Crivelli, junto con el Arq. Alberto Artioli (superintendente durante años para el patrimonio arquitectónico y el paisaje de las provincias de Milán, Bérgamo, Como, Pavía, Sondrio, Lecco y Lodi) y el Arq. Luca Ambrosini.